Ciudad de Dite - El plan de ataque - "No faltará quien se nos una, muchacho" [Tema Libre]

Lerael me había llevado al infierno varias veces anteriores, pero nunca en mi desgraciada vida había estado en una ciudad llena de espanto, terror, angustia y sobretodo, pecado. A pesar de ser una enorme y bien construida ciudad entre el azufre y las llamas infinitas, La Ciudad de Dysis (o Dite, como algunos demonios "Sentimentaloides" lo suelen llamar), ubicada en los tres círculos más profundos del Infierno, era tan horriblemente espectacular, como si estuviese reviviendo en carne propia la obra maestra de Alighieri cuando lo describía.

Recorría el lugar con mi señor Lerael dentro de mi cuerpo, y a pesar de que yo apenas era un "medio-humano" vivo caminando entre las llamas, el resto de demonios (entre ellos pude reconocer a Cagnazzo, el mítico Lubicant, a Crocell y a muchos otros) podía reconocer esa oscura presencia, ya huyendo llenos de espanto, o haciendo una gentil reverencia, dejándonos pasar.

Lerael: ¿Y qué te parece, Adam? ¿Te gusta mi hogar de antaño? Dijo entonces mi señor, bastante serio.

Pues... como Demonio Mayor eres buen guía turístico. Contesté yo, con un deje de sarcasmo.

Lerael: No te traje aquí exactamente para hacer turismo, Adam. Tenemos muchas cosas en las que pensar, entre ellas, buscar demonios que puedan cooperar fielmente con nosotros para la próxima tarea que te voy a encomendar... Nuestro "plan de ataque" si quieres llamarlo así, debe salir perfecto.

Pero, mi señor... Dije yo entonces, sintiéndome lleno de dudas. ¿Cuál de tus servidores, ya sea tuyo o de tus poderosos hermanos podría interesarse en unirse a nuestra causa?

Lerael entonces hizo que empezase a sentir un pequeño ardor en el interior de mi cuerpo, como si estuviese tratando de quemar mi alma, lo que significaba que lo que diría a continuación sería realmente en serio.

Lerael: No faltará quien se nos una, muchacho... Además, Baal está por llegar.

Al escuchar esas palabras, giré mi cabeza a ambos lados, tratando de avistar para ver si algo o alguien se acercaba a mi posición.

Estaba como si nada,en una sección del mundo obscuro,sin nada que hacer.Solo estaba ahí para entrenar un poco ,cuando de pronto,me llega un comunicado de Amateratzu-Kamisama.
-Amateratzu: Esta es tu próxima misión,sacerdotisa del sol:
un grupo de demonios se han reunido en una cuidad del infierno,a planificar un ataque a gran escala.Tu misión :derrotar al todos y cada uno de los que conforman ese ejercito.Buena suerte.-
Entonces, cerré mi comunicador y empece a ir con esa dirección.Tenia un GPS,que me había mandado Amateatzu-kamisama,por lo que seria mas fácil llegar a esa reunión.
Al llegar a aquel punto,me lleve un buen sacon de onda,al ver la cantidad de demonios que estaban ahí.
-No recuerdo la ultima vez que vi tantos enemigos.-
Fue lo único que pensé,al ver tanto demonio junto.

De pronto, uno de los demonios alados guardianes de las puertas de Dite se nos acerca rápidamente y luego de arrodillarse dice:

Mi señor Lerael, hay una ángel en las puertas de la ciudad que amenaza violentamente con entrar.

Lerael: Gracias por informar, Datmos. ¡Mira qué novedad, otro de esos ángeles que ignoran las Leyes Divinas Máximas, ¿le dijiste que se fuera y que la entrada a los ángeles estaba prohibida?

Si, mi señor, pero aún así insiste en entrar, vine especialmente a advertirle luego de que ella derrotara a Glaucon y a Felldoör con sus propias manos sin siquiera pestañear.

Interesante... pues vamos a darle un cordial recibimiento... Adam, mueve el culo.

Y así, mi señor, Datmos y yo partimos escoltados con una patrulla de 5 soldados centauros hacia la entrada de la ciudad y allí pude ver a una bella ángel que arma en mano se preparaba para entrar por las buenas o por las malas.

Vaya, vaya... Habló Lerael por mí entonces. Hacía millones de años que no veía un curioso ejemplar tan asqueroso e ignorante de las Leyes Divinas. ¿Acaso uno ya no puede siquiera tener privacidad en su propia casa? ¿Quién te envía?

Mi señor enfatizó esta última pregunta, esperando que ella respondiera "Dios", en mi calidad de humano en parte sentí algo de pena y lástima por la joven, ya que arriesgaba perder su condición de ángel si se atrevía a colocar un pie dentro de la ciudad.

2 guardias un poco molestos me estan "atacando",por lo que los decidi acabarlos rapido.
-Vaccum surge first.-
Lance la onda de energía contra los 2, noqueando los,por lo que decidí seguir adelante.Un rato después,me tope con un demonio,un semi-humano y un grupo de centauros.Saque mi espada y el demonio me pregunto que hago aquí y quien me envió.
-Fui enviada por Amateratzu-kamisama a prevenir el ataque que planean hacer contra el mundo cristalino.-
Por lo que veía,el demonio era el jefe de ahí,por lo que saque un suero y me lo inyecte.Esa infusión era un preventivo anti-demoníaco,que me permitiría estar dentro de esa zona sin peligro. Después de inyectármelo,fui a atacar a los centauros.

Vaya, una ángel enviada por Amaterasu, ¿qué relación tiene una diosa pagana antigua japonesa con nosotros? Obviamente la respuesta era ninguna. Mi señor entonces utilizando la energía de mi cuerpo, rechazó fuertemente el ataque de la muchacha, impulsándola varios metros hacia atrás.

Regresa a tu Yomi, ángel pagano, si sabes lo que te conviene. Habló nuevamente Lerael a través de mi. Sólo el Único y Verdadero Dios y el bastardo de su hijo Jesucristo tienen jurisdicción en este lugar, y arriesgas ser juzgada cruelmente si te atreves a entrar a mi casa. ¿O es que acaso Miguel no te lo advirtió?

Su tono de burla y tono despectivo al nombrar a esas tres personas hicieron que me dieran ganas de reir. Mientras tanto calculaba más o menos en cuantos minutos llegaría Baal a este lugar. Conociendo al Señor de la Destrucción, no dudaría un sólo momento antes de pensar en matar a esa chica, por lo que debía apresurarse.

Mi ataque fue devuelto y recibí el impacto.Por suerte caí parada,por lo que me reincorpore.
-Veo que usted no me conoce del todo.Yo fui enviada aquí,por ser una semi-diosa.Le advierto que no se atreva a atacar el mundo cristalino,o su cabeza rodara por el filo bendito de mi larga espada.-
Era evidente que ese tipo no me iba a permitir entrar,por lo que lo trate de convencer con palabras.No era tan tonta,como para violar las leyes del arcángel Gabriel.
-Solo es una advertencia.-
Entonces,me di la espalda muy enojada,dispuesta a abortar la misión,y eso que yo odio abortar misiones.

Lerael: ¿Atacarme, tú? Jajajaja, no sabes ni a quien te estás enfrentando, boba. Además que no pretendo atacar tu preciado Mundo Cristalino... aún.

Minutos después vimos a la chica que daba la vuelta dispuesta a marcharse, bastante enojada, claro estaba. Al menos, pensé yo en ese instante, demostró ser lo suficientemente lista como para no enfrentarse a mi señor.

Nosotros hicimos lo propio minutos después, encontrando a muchos demonios dispuestos a ayudarnos cuando llegase el momento, pero sentía que mi señor buscaba algo más entre toda esa multitud, aunque a pesar de ello se mostraba conforme.

Luego de eso llegó el Señor Baal, acompañado de dos Devoraalmas que le servían de escolta. Se le veía bastante serio y preocupado por un asunto en particular, cosa que era bastante extraña en él.

¿Ocurre algo, mi señor? Pregunté, lleno de curiosidad.

Baal ni se dignó a mirarme, aunque igual entró a una casa cercana, y luego de hacer señas para que entráramos nos sentamos alñrededor de una mesa rectangular, con el símbolo del Pentáculo Infernal dibujado en el centro. Mi señor se apoderó completamente de mi cuerpo entonces, por lo que una vez transformado, tomó su lugar correspondiente en la cabecera.

Baal: ¿Me he perdido de algo interesante? Escuché que tuvieron algo de acción mientras venía para acá.

Lerael: Sólo era una pequeña mosca tratando de entrar en el nido de las arañas, Baal. Ya nos encargaremos de ella más adelante. Ahora debemos poner manos a la obra.

Baal: Pues he hecho bien en venir aquí... He oído que un grupo de nuestros enemigos hará un curioso viaje al pasado, a nuestra época dorada... ¿y a que no adivinas a quién irán a buscar?

Lerael se quedó unos largos minutos en silencio... observando consternado a todos los presentes, pero luego sonrió sádica y maliciosamente.

Lerael: Vaya... no creí que reaccionarían tan pronto... Bueno, por ahora el plan es el siguiente, buscaremos a alguno de nuestros demonios para que busque a la doncella virgen que necesitamos para liberar a nuestro hermano Mephisto. Luego de eso, Adam y yo nos encargaremos de hacer nuestra más cordial visita a mi "Hijo", me aseguraré de que no lo encuentren jamás.

Luego de eso nos fuimos de allí y mientras mi señor me seguía guiando por Dite, comenzabamos la busqueda de "ese demonio especial" que nos ayudaría en la misión.

Tenía el presentimiento de que la búsqueda sería muuuuy larga.

El fuego de mi odio me consume, ya pronto nuestro ataque se vera por fin completo, pero por ahora no tenemos mas alternativa que refugiarnos como viles ratas en nuestros escondrijos esperando el momento idicado para desatar nuestra furia

Me dirijo a la ciudad de Dysis, apodad como la ciudad de los malditos, una prision eterna para aquellos que cometieron el pecado de la herejia, en la entrada de este lugar se debe encontrar mi hermano Baal, con alguna informacion del paradero de Mefisto..

Me acerco a la ciudad con mi despreciable forma humana, cuando de pronto pasa por mi lado una mocosa, al parecer un asqueroso angel que vino envano a detenernos, pobre ilusa...

Le dirijo una mirada llena de odio y amenazadora y sigo con mi camino, a lo lejos puedo ver a mi hermano Baal, y a ese repugnante ser de Adam Cross, maldito Lerael, si no fuera por que dependes de ese cuerpo para vivir, ya habria matado a ese insecto, pero tendre que conformarme

los pensamientos de rabia me invaden hasta llegar a reunirme con ellos...

Muy bien, ¿cuales son los pasos a seguir, y que pretende nuestro enemigo? pregunto de forma agresiva