Paseo bajo el cielo nocturno

por Yuki Darksoul Sáb Feb 05, 2011 2:04 pm

Aquel rincón del bosque la hacía sentir viva, y al mismo tiempo tranquila, relajada. Era un lugar en el que le gustaba esconderse, disfrutar de su soledad mientras contemplaba el cielo nocturno. Sus paseos por alli eran frecuentes. Nada cambiaba allí, pero aun así, la luz de la luna llena que brillaba en el cielo hacía que todo pareciera diferente. Mirara donde mirara siempre veia arboles, todos muy parecidos, casi todos iguales, pero había uno que para ella era especil, un gran arbol destacaba entre todos los demas. Se acercó a él, se sentó en una de las raíces que sobresalían y se quedó observando el cielo, absorta en sus pensamientos. Siempre que vengo aqui me siento diferente, esto me hace sentir bien. Esta parte del bosque tiene algo especial, me ayuda a recuperar mi energia, aun sin necesidad de aprovecharme de nadie, aunque claro, de todas formas no es suficiente, tarde o temprano debere hacerlo...o morir. Porque tengo que ser así?por que no puedo ser una humana, o incluso un demonio normal y corriente? Odio mi raza, la odio con todo mi ser...Pero quiero seguir viviendo...Volvió brevemente a la realidad. Había sentido algo, pero al parecer había sido una falsa alarma. Comtempló de nuevo el cielo, maravillandose de su hermosura. Adoro el cielo nocturno...

por **Héctor Amatla** Sáb Feb 12, 2011 3:02 am

El bosque, lugar siempre en actividad, o al menos, eso es lo que aquel joven hechicero es capaz de observar durante su caminata en aquel lugar. Va siguiendo un pequeño sendero que pareciera que antaño fue muy transitado pero hoy en día se encuentra abandonado, con montones de hierbas rastreras y pastos creciendo a los lados y sobre el mismo sendero. Aquel joven, con ese aire de tranquilidad que le acompaña, va explorando el lugar, sin lugar a dudas, muchos árboles. Mientras va caminando, va recordando todas aquellas leyendas que dictan acerca de los seres que pueden llegar a vivir en estos lugares. Elfos y duendes es lo primero que se le ocurre, sin embargo, de inmediato le viene a la mente otro tipo de creaturas: los demonios. Aunque la probabilidad de encontrarse con estos seres o cualquier otro, son remotas y no se fía y va con precaución.

El joven de cabellera azabache, se le puede ver armado con un par de espadas, colgando en el lado izquierdo de su cintura. Esas espadas, le guardan un buen recuerdo, sobretodo la que se encuentra arriba de la otra… una historia larga para contar. Pero lo que no es largo de contar son los motivos que traen al chico a caminar al bosque: distracción.

Le gustaba la vida que lleva en estos momentos, de tranquilidad, de paz, y cuidando de la pequeña Ameyalli, la pequeña chica producto de su maestro el Dr. Starkov. Y era la verdad un gran contraste esa vida, con la pasada que llevó, involucrado en una guerra… Tan inmerso estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta que había llegado a un pequeño claro, o al menos, a un lugar donde los árboles no son tan numerosos. De ahí, lo primero que pudo observar es la luz de la luna llena alumbrando el lugar, y dando un ligero toque de matices azulinos y negros; después las estrellas, siempre reinantes e inmutables en el cielo nocturno; y… ¿alguien ahí? Al menos, al chico le pareció escuchar la voz de una fémina, aunque, sabe que tal vez sea su imaginación… o tal vez no. Después de escuchar esto, se detuvo por un momento. –Creo que fue mi imaginación… susurró, después de dar un breve suspiro.

por **Adirael** Jue Mar 03, 2011 4:24 am

El iva de camino al arbol que acostumbraba visitar cuando era joven ,el que se encontraba en lo mas profundo del bosque , ya era tiempo desde que no lo veia,tenia recuerdos felices de cuando se sentaba en las ramas del arbor con su maestro y le contaba historias de su vida, pensando que su maestro ya no existia se sumio en sus pensamientos caminando en linea recta, no sintio lo que pasaba a su alrededor hasta que de pronto choca contra otro ser , no estando seguro de que era y viendo su silueta que estaba armado con dos espadas lo primero que hace es tomar su guadaña y ponerse en guardia con el miedo de encontrase con salteadores o ladrones.Con una voz seria le dice al hombre la clasica pregunta-¿quien eres?- esperando a no arrepentirse de haber ido al bosque solo

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