Un nuevo encuentro (privado Math)

Era una fría mañana de invierno, un sol algo asomaba algo tímido tras las grises nubes del cielo, le preocupaba que más tarde pudiera nevar ya que eso solo comportaría que se le mojara la ropa, la temperatura no le afectaba en absoluto, más bien se sentía increíblemente cálida todo y las frías temperaturas que había en ese momento. Llevaba solamente su ligero vestido de maid, la gente al verla pasar de esa manera tan "fresca" se quedaban totalmente impresionados y se giraban a mirarla, sus rostros descubrían su asombro al ver que una chica vestida de esa manera no tiritaba de frío ni daba signos de estar pasándolo mal.
Estaba bastante sonriente, aunque acababa de llegar al mundo humano, aún sin saber como se estaba divirtiendo mucho, la gente se quedaba totalmente atónita, su atuendo no era algo común en ese sitio y le encantaba llamar la atención así que, no le importaba que la miraran, aunque un leve sonrojo se instalaba en sus mejillas ya que algunos la miraban no atónitos, si no más bien con intenciones ocultas que no le gustaron en absoluto.

-Por qué hay tantos pervertidos en este mundo?

La pregunta la dijo en voz alta, de manera que esperaba que lo escucharan las personas que tenía a su alrededor, los que se sintieron identificados bajaron la mirada avergonzados y poco a poco se fueron alejando de ella, como si temieran que los demás pudieran juzgarles por lo que acababan de pensar, eso volvió a tranquilizarla y siguió andando llegando a su destino. Le habían dicho que en algún lugar, algo recóndito había una cascada, no sabía donde era exactamente pero sabía que quería encontrarla y verla, por eso siguió andando sin preocupaciones, de pronto escuchó unos gritos extraños cerca suyo, rápidamente se acercó allí, viendo como un ladrón intentaba robarle a una pequeña abuelita del lugar, en ese momento no supo que hacer, tenía que ayudarla pero sentía que las piernas no le respondían, que podía hacer?

Frio, realmente hacía frio, y odiaba, porque debía existir el invierno, ah, era molesto, pero tampoco podía quedarme escondido, sino, realmente me enfriaría, movimiento, eso necesitaba, así que salí de mi escondite, debajo de un puente, como aun no tenía hogar en ese extraño mundo, era lo unico que podia permitirme, en todo caso, no me encontraba con mis maximas facultades, pero algo podía hacer.

No tenia ni fuerza ni ganas de volar, así que hacía calentamientos al lado del rio, intentando hacer que su calor subiera, aunque parecia Inutil, aburrido ya, me fui a pasear, a ver que encontraba hoy, almenos mis cualidades fisicas seguian minimamente aceptables.
Caminando tranquilamente, paso tras paso, uno tras otro, por la orilla del rio
Miré al cielo, tenia pinta que encima pronto nevaría, ¿que mas podia pasar hoy?
Pues que estaban asaltando a una anciana delante de mi.

Pasaba del tema o la ayudaba, si fuera soso pasaría del tema, haría que no habia visto nada, peor ese no es mi estilo, sonreí de manera maliciosa y salté con la cara sombreada encima del ladrón, tirandolo al suelo de golpe.

-Hey... Sabes que robar es pecado, ¿te voy a tener que llevar al infierno?- Dije con un tono realmente sadico y tetrico, juntamente con unos ojos rojos iluminados tras el sombreado de la cara, y una sonrisa realmente aterradora con dientes cerrados como sierras. Aquel ladrón se acobardó y huyó rapidamente, de manera torpe y gritando con fuerza, vi como huia de forma tan patetica y suspiré, me giré a ver a la anciana con una sonrisa y pregunté que tal se encontraba.

-¿se encuentra bien señora?- Al ver su cara de Horror comprendí que había visto mi cara mas terrible y me alejé de ella.

-Otra vez... Me temo que a veces doy demasiado miedo...- Dí un largo suspiro, y me di la vuelta.

Empezó a nevar justo en ese momento, mientras pasaba al lado de una maid, con cara de chasco y a la vez de sufrimiento, al caer la nieve en su cabeza empezó a sangrar y caió al suelo tras esa chica, cansado por el frio.

Cuando estaba a punto de hacer algo vio como alguien aparecía y se colocaba detrás del ladrón, mirándole siniestramente, la verdad es que daba mucho miedo, pero al mirarle al rostro se dio cuenta de que lo había visto en otra parte y poco a poco su cara empezó a transformarse, fueron pasando miles de emociones por ella, se tapó la boca con las manos mientras observaba el espectáculo, aunque más que ver la acción miraba el rostro del defensor que había decidido ayudar a la abuelita.
El ladrón salió huyendo por patas y el bolso fue devuelto a la adorable ancianita que ahora estaba aterrorizada por lo que acababa de presenciar, él se giró y empezó a alejarse de ella yendo hacia donde estaba de pie en ese momento, quería decirle algo y alargó la mano hacia él, pero las palabras no salieron y él aunque la miró no pareció reconocerla, eso la entristeció y lo dejó pasar por su lado notando como se iba alejando poco a poco, hasta que de repente escuchó un ruido y al girarse vio a Math tumbado en el suelo sangrando, en ese momento recordó que el frío era su punto débil y se acercó corriendo a él.
Como pudo lo cogió poniéndolo en su espalda y con todas las fuerzas que tenía empezó a arrastrarlo, buscando alguna cueva o algo donde pudiera resguardarlo, miraba a su alrededor totalmente desesperada, ahora que lo había encontrado de nuevo no podía perderle, no... esa vez conseguiría que se quedara con ella. Al cabo de demasiado rato encontró una pequeña cueva, lo dejó en el suelo lentamente notando como le faltaba el aire, cayó de rodillas al suelo totalmente agotada, pero... no podía dejarle tal y como estaba, tenía que hacer algo para que al menos recuperara el conocimiento, se acercó poco a poco a él y lo abrazó empezando a aumentar la temperatura de su cuerpo, al poco rato empezó a sudar a causa del extremo calor, pero sabía que de esa manera algo conseguiría y no pararía hasta volverlo a tenerlo despierto entre sus brazos.

Calor, un calor de un ser vivo, notaba que mi pecho rozaba la espalda de alguien, pero, estaba demasiado mareado, tanto frio y nieve me habian afectado demasiado, y me sentía realmente agorado, solo podia notar esa calor que venía de ese alguien que lo acarreaba, mientras respiraba, de forma algo complicada por el frio, podía notar una leve fragancia que el reconocia familiar, pero ante todo estaba demasiado mareado como para recordar.

agarré con las garras la ropa de aquel ser, nose porque al instante me recordo a una Maid, ¿Una maid? Yu... No podía pensar claramente, ya sentia la sangre caer al suelo por mi espalda al contacto con la nieve, perdí del todo la consciencia.

Calor, mas calor alrededor de mi cuerpo, lentamente mis ojos se iban abriendo, para observar quien me abrazaba de forma tan calida, una maid, esa maid... yu.. Yu..
-¡¡Yuuna!!- Se me escapó un grito al tratar de recordar, respirando agitadamente al verla.-No puede ser, ¿¡eres tu?! - Tal fue mi sorpresa que la cojí de los mofletes y se los estiré bastante contento, pero sin hacerle daño.

-G-gyaah! ¡¡lo eres!!- ya estaba siendo abrazado, así que la abrazé con fuerza mientras sonreía de forma alegre. -¡Porfin te encontré!- En ese momento acababa de despertar por completo, era ella, la habia estado buscando y porfin la tenia entre sus brazos, inconsciente, que su ropa estaba mojada por la sudor

Llevaba un rato ya abrazándolo, sentía como todo el cuerpo sudaba a causa del extremo calor que estaba traspasándole a Math, que parecía recuperar el calor poco a poco, eso la hizo sonreír, aunque él no parecía haberla reconocido en un primer momento podía ser causa de muchas cosas, sería mejor esperar a que despertara para sacar conclusiones y no desanimarse antes de tiempo.
Al cabo de un rato más sintió como Math empezaba a moverse entre sus brazos, como si empezara a despertar y miró su rostro, para ver como habría los ojos y gritaba su nombre al verla y la abrazaba con mucha fuerza, demasiada para su gusto, pero no dijo nada porque estaba realmente feliz de que Math la hubiera reconocido, hasta sintió como unas lágrimas recorrían su rostro de tal felicidad, ella también lo estrujó entre sus brazos y depositó su cabeza en su hombro.

-Pensaba que ya no me recordabas, antes me has mirado y ni siquiera has dicho nada, gracias al cielo que si lo haces, te he buscado por tanto tiempo mí querido Math.

Levantó la cabeza de nuevo y se limpió las lágrimas que se habían mezclado con el sudor de su rostro y miró el rostro de math, el cual acarició tiernamente e intentó ver si algún cambio había habido en él.

-Siento estar tan sudada, era la única forma de salvarte, si te doy asco puedo separarme.

En ese momento pensó que Math necesitaría beber, para que se le curaran más pronto las heridas y que también debería vendarlas para parar la sangre que salía de ellas, así que, sacó el botiquín de primeros auxilios que siempre llevaba con ella y empezó a hacer su trabajo, sin dejar de mirarlo un momento.

-Sigues siendo el más guapo de todos, me alegro que estés igual que siempre.

-Como no me voy a acordar de ti, lo que pasa es que con el frío y la nieve, pensaba que tenia alucinaciones, ademas veía algo borroso, nunca olvidaría la persona de la cual yo me enamoré~ - dije con un tono graciosillo a la vez que animado -Tranquila, por la sudor no me preocupo, hay algo mas importante ahora, recuperar algo que hace mucho que no tenía~- me acerqué lentamente a su rostro, que se vio interrumpido ante el movimiento de ella al recoger cosas en el botiquín.

Suspiré y afirmé -N-no hace falta que me des nada, me regeneraré rapido, tranquila, y claro que no he cambiado, si apenas han pasado algunos... ¿siglos? He perdido la cuenta- Reí levemente ante mi comentario y la observé, directamente a los ojos, tenia ganas de volverla a besar pero no sabía si ella queria.

De pronto, olfatee unos olores bastante desagradables, y uno que podia reconocer por la brevedad del tiempo que habia pasado, el chico de antes... ¿Aquel ladrón de bolsos había vuelto a por mas?

-Yuuna, tenemos unas visitas no muy agradables... y encima con este frio... -dije mientras me levantaba aun algo dificultosamente. Estaba pensando como proteger a Yuuna, porque sabía que esas visitas no iban a ser agradables, cuando se me encendió una bombilla.

-Ah! Esto... ¡Te necesito Yuuna! ¡necesito que estés conmigo un rato! - Dije mientras la cogía con la cola y me la subía a hombros. -Tengo una idea para anular el frío y la nieve temporalmente, pero para eso, necesito que te cojas todo lo fuerte que puedas a mi, y que te calientes asta que anules la temperatura de fuera, ¿crees que podrás?- Dije con un tono bastante interesante, por el echo que no sonaba nada estúpido, y el era alguien realmente estúpido.

Aunque me sonrojé levemente al notar su cuerpo tan apegado, era de momento la única solución que se me ocurría aunque... no se si mis pensamientos pervertidos me iban a dejar pelear como tocaba.

Solo esperaba que ella firmara que podía para poder enfrentarme a lo que, parecía ser una banda de macarras rodeando la entrada de aquella gruta donde estábamos entre ellos, había alguien algo fuerte, la cosa... se hacía bastante interesante, tanto con amor como con odio, volver a pelear con Yuuna, quizás era la chispa que volvería a avivar las llamas de mi interior.

Eso si, ya podían irse preparando esa tropa de gamberros que se venían encima, ¿osando interrumpir una vela con mi amada? El infierno los espera~

Al escuchar su respuesta sonrió de forma considerable, no la había olvidado, eso hizo que más lágrimas recorrieran su rostro, estaba realmente feliz de volver a verle, tocarle y que no fueran simplemente sueños o productos de su imaginación, lo abrazó algo más fuerte sin pensar en que podía hacerle daño, ya que él estaba un poco mal a causa del frío, pero parecía haberse recuperado algo gracias al calor que le había transmitido, eso la hizo sonreír, había sido de utilidad para él y eso era suficiente para ella.

-Ha sido demasiado el tiempo que hemos estado separados, no quiero separarme nunca más de ti Math.

Lo volvió a abrazar con más fuerza aún, sabía que no le afectaría la fuerza que usara, por eso no iba con cuidado, fue entonces que dijo unas palabras que la hicieron reaccionar, había gente fuera de la cueva esperándolos y no parecían precisamente venir a tomar el te con ellos, se podía notar con la maldad que cargaban encima, lo notaba bastante fuerte y le hizo cerrar algo los ojos, le afectaba un poco que vinieran con ansias de matar.
De repente dijo unas palabras muy pervertidas y se sonrojó considerablemente, sobre todo cuando la cogió y la subió a sus hombros, se tenía que apegar a su cuerpo y calentarse, vale que hacía tiempo que no se veían pero ya estaba pensando en eso? Era el pervertido de siempre, pero eso quería decir que seguía siendo su Math, así que sonrió.

-Por supuesto que lo haré Math, pero deberías esperar a esas cosas cuando nos hayamos deshecho de esos malhechores no crees?

Se apegó totalmente a él, aplastando sus pechos en su cuerpo y empezando a generar mucho calor, tuvo que cerrar los ojos para poder concentrarse algo más y hacerlo más rápidamente, en seguida la respiración se le aceleró algo a causa del esfuerzo que estaba haciendo y del profundo calor que estaba pasando.

-Así te va bien Math?

No podía abrir los ojos a causa del esfuerzo que le producía hacer todo aquello, le costaba algo respirar y sentía como si acabara de salir de la piscina, goteaba sudor por todas partes y no sabía cuanto tiempo aguantaría de esa forma.

Al escuchar esas palabras de apoyo, no pude evitar alegrarme con mucha claridad, a lo que respondí con seguridad a sus palabras, tras un par de segundos de silencio.

-...Si tanto ha pasado, a partir de hoy vuelve a ser mi maid, sígueme asta los confines de los mundos y peleemos la adversidad una vez mas~ ¡Esta vez, lucha a mi lado, Yuuna! - dije mientras esbozaba una sonrisa valerosa y a la vez que confiada.

Lamentablemente, ante sus abrazos, en ese momento, apenas podía corresponderlos, estaba algo cansado aun, me sentía algo débil, pero aun podía luchar, todo gracias a ella, luchar contra aquellos que venían a resultar molestos, ella, mis palabras, al parecer se las tomó como una perversión mía, con ello no pude evitar que una gota de preocupación, algo cómica, pasara por mi cabeza junto a un suspiro.

- Yuuna, no me trates como pervertido, sabes que ahora mismo no me refería a... - Al notar sus pechos en mi espalda, mi cara se ruborizó, y realmente empecé a pensar mal.

-S..si... a..así va perfectisimamente... - tan perfecto me iba que sacaba pequeñas estelas de vapor por la cabeza algo por vergüenza.
Aun así notaba como su sudor me recorría el cuerpo, dando cuenta que era algo que solo podía hacer un rato, por lo que debía acelerar, aunque... era algo viscoso.

Manos a la obra, salí de la cueva con Yuuna en mi espalda, cada vez me sentía con mas fuerzas y observé a toda esa pandilla frente de mi.
-Oh~ cuanta carne de cañon... realmente tengo prisa, si no os importa... me salto los combates molones ¿vale?- dije mientras alzaba las manos, generando una aura de llamas encima de estas para que luego se recreara en forma de espada bastante grande.
-Ragnarok!- lanzó esta espada contra los enemigos y esta estalló al clavarse completamente en el suelo mandando a volar una buena cantidad de ellos.
Los miré con mis ojos rojos y una cara de arrogancia, mientras me reía de forma malvada, con un tono de voz algo sadico, pero sin llegar a la locura, colocándome en guardia adelantando un brazo y una pierna - Vamos~ no tengo todo el día, venir, y pereced ante el fuego del averno~.- Se abalanzaron todos contra mi, si hubiera estado solo con un simple estallido los habría noqueado, pero con Yuuna detrás debía usar mi agilidad para evadirlos y lanzar-los a volar lejos, golpearlos con puños mientras cogía y amarraba a Yunna con la cola.
Cuando despejé un poco, empecé a agitar las alas muy rápidamente, generando un vendaval, haciendo que quedase uno, mandando los debiles por los aires, únicamente, el mas fuerte de todos se mantuvo en su lugar.
-Bueeeno~ veamos de que material estas echo como para resistir un tifon~!-

Al estar tan apegada a él sus pechos se aplastaron en su espalda y al momento de hacerlo Math empezó a sacar sus características estelas de vapor, sonrió levemente ya que hacía mucho tiempo que no lo veía de aquel modo y le seguía pareciendo totalmente adorable, lo abrazó algo más disfrutando de aquella sensación, no quería volver a perderle de ninguna manera, se aferraría a él como fuera para que no se marchara.

-Solo bromeaba un poco amor mío, es que te echaba mucho de menos. Y no solo vuelvo a ser tu maid, ¿tu novia también no?

Por desgracia ese no era el momento de hablar, había unos pesados ahí fuera esperando a que salieran para luchar, la verdad eso la hizo enfadar algo ya que después de tanto tiempo sin ver a su Math no podía recuperar el tiempo perdido a causa de ellos, eso realmente hacía que se molestara y quisiera cargárselos a todos, pero no tenía la suficiente fuerza, ya que lo que estaba haciendo en ese momento la agotaba considerablemente.
Estaba observando la lucha desde su espalda, enviaba a todos sus contrincantes a volar, no eran lo suficientemente fuertes para él, eso se vio enseguida, aunque había uno que no parecía afectado por ninguno de sus ataques, poco a poco empezó a sentir que sus respiración se hacía más pesada, que pequeños mareos le afectaban y que su fuerza empezaba a disminuir, no podía ser que ya le quedara tan poca energía, tenía que aguantar para Math, así que usó todas las fuerzas que tenía para mantener ese calor corporal e hizo todo lo posible para olvidarse del cansancio, nunca le había pasado aquello ya que no había tenido que usar toda su energía para calentarse y empezaba a notar sumamente el cansancio.

-D…date prisa… no se cuanto podré aguantar esta temperatura, nunca he usado tanta y no se donde llega mi límite.

Se cogió más fuerte a Math, y depositó su cabeza en su hombro, sin darse cuenta que su respiración suave iba directa a su cuello y oreja, no se acordaba que esos puntos eran bastante delicados para él, cerró los ojos y se concentró totalmente en mantener aquella temperatura, aunque le costara mucho recuperarse debía hacerlo para poder tener un futuro con su querido Math, ese era su objetivo.

Me tenía que concentrar, si eso seguía para rato, era probable que ella sufriera consecuencias, podía notar que no estaba bien en mi espalda a causa de la calor que estaba generando, y si a ella le sucedía algo... Debía cojer prisa.

Aquel, el unico en pie, tenía una apariencia bastante extraña, el tipico macarra japonés con tupé, un chaleco largo asta las rodillas, y unos cuernos que sobresalian por la frente, no tenía pinta de que el fuera precisamente un niño bueno, ademas... ese olor que desprendía era de demonio, un demonio bastante... fuerte, pero tampoco lo suficientemente fuerte como para ser algo muy molesto.

-Aguanta, esto acabará rapido Yuuna...- Dije mientras me preparaba para hacer la carga final contra aquel ultimo rival, extendí mis alas con cuidado de no hacer daño a yuuna, la amarré bien con la cola y me preparé para el combate.
Era raro, no hacía nada... no actuaba... no se movia no hablaba... espera... eso era muy extraño...

Me acerqué a el con cierta duda, me fui acercando aun con la guarda, asta que a cierta distancia, suspiré y me di la vuelta.

-Yuuna, puedes dejar de generar calor ya... Se ha desmayado, parece que del miedo...- dije algo desanimado y afañandome a volver a aquel refugio de piedra tosca, antes que el poder de mi amada dejara de hacer efecto

Cada vez se sentía más débil según como iba pasando el tiempo, miró por encima del hombro de Math y vio que solo quedaba uno en pie, a lo que suspiró levemente ya que si solo quedaba ese pronto podría descansar, este se acercó al enemigo pero parecía que no reaccionaba, era como si fuera una estatua o algo parecido, cuando se acercaron lo suficiente vieron que el demonio se había cagado de miedo y se había paralizado sin poder moverse, eso quería decir que su misión casi había terminado, no podía dejar de generar calor hasta que estuvieran dentro de la cueva.
Cuando este hubo cruzado la puerta y se hubo adentrado algo se bajó de su espalda y se sentó en el suelo agotada, respiraba con algo de dificultad por el gasto de energía que había tenido y además se sentía algo sucia a causa del exceso de sudor, esperaba que eso no le importara a Math, en ese momento no estaba por rechazos a causa de cómo estaba.
Lentamente se acercó a él y se lo quedó mirando, por fin estaban solos, sin nadie más que les molestara, parecía que era el momento de que sus labios volvieran a encontrarse con los de él, sentía muchas ganas de sentir sus brazos alrededor de su cuerpo, aunque ahora estuviera sudada por todas bandas necesitaba el calor que solo él podía proporcionarle. Ya le quedaban poco trozo para llegar a él, sentía que el cansancio en su cuerpo era absoluto, necesitaba descansar pero quería salvar ese trozo que faltaba y estar en los brazos de su amado, solamente alargando el brazo ya podía acariciar su rostro, pero en el momento en que estaba a punto de hacerlo el cansancio la venció y empezó a caer al suelo inconsciente.