Investigando (Libre)

9 de Noviembre de 2010.
22:46 hrs.
Castillo Antiguo en la ciudad de York
Cuartel General de la C.S.S.I.

Los celestiales mayores me habían encargado que investigara internamente en mi agencia sobre quien podría ser el supuesto traidor que liberó al más temible de los Demonios Mayores de su sello. Vaya, recuerdo como si hubiese sido ayer el día en que nos encontramos de repente con él y eliminó a mis oficiales haciendo que "Soñaran eternamente" mientras que a mí me hirió casi gravemente con un inusual movimiento de su mano... Aún estoy algo resentido de la herida, pero gracias a la ayuda de Kurogane he podido seguir con mi trabajo.

Ahora estoy en la biblioteca del castillo de nuestra base central, buscando algún registro histórico sobre quien pudo haber traicionado a la agencia y así haber reunido tamaña cantidad de energía mágica oscura y demoníaca como para poder hacer algo así. Estaba totalmente convencido de ello, ya que ni siquiera los historiadores ni los arqueólogos más expertos sabían de la existencia del lugar donde el Demonio estaba sellado, sólo los agentes de divisiones superiores (como la mía) sabían de su existencia, por lo que sonaba obvio que había un traidor entre mis compañeros de trabajo.

Llevo aquí desde después de almorzar, buscando por cuanto libro, dato e informe encontré a mi paso, más hasta el momento no he tenido nada de éxito... si tan sólo pudiese ser capaz de conseguir una pista útil.

De pronto sentí un ruido en la soledad de la noche y del lugar, creí que era un gato, pero dada la monotonía del ruido y de lo fuerte que se escuchaba pensé que se trataría de una persona, lo cual me extrañó mucho dado que a excepción de los guardias, el director y el resto de agentes estaba en su casa y yo exigí explícitamente que no me molestara nadie.

Saqué entonces mi pistola y acercándome hacia el lugar de donde provenía el ruido exclamé:

[color=green¡¡¡Identifíquese!!! Esta es zona restringida.[/color]

¡¡Le repito que se identifique, esto es zona restringida de la C.S.S.I!!! Volví a decir, encontraba bastante extraño que un vampiro burlase fácilmente la seguridad del lugar (siendo que existe toda clase de criaturas trabajando con nosotros), aún así no tenía miedo y estaba dispuesto a responder fuego si estaba la vampiresa dispuesta a atacarme, por lo que quise asegurarme mostrando los crucifijos que traía colgando de mi solapa.

Sigilosamente entré en el lugar, esperando a que el momento preciso llegase; estaba totalmente dispuesto a destruir la C.S.S.I. haciéndola volar por los aires, y fue por eso que conduje a gran parte de los agentes hacia una trampa mortal, y luego, asesine a sangre fria al líder usando los poderes que Lerael me había concedido... Ahora solo quedaba esperar el momento preciso... Y aunque no se diera cuenta y quisiera o no, usaría a la vampiresa como cebo.

Esperé oculto en las sombras mientras observaba con atención.

Concentré mi magia unos segundos antes de poder continuar para averiguar un poco las intenciones de mi interlocutora, al parecer la chica no buscaba problemas, sino un lugar para sentirse segura y distraerse un poco. Enfundé el arma y me serené un poco mientras me colocaba al lado de la vampiresa y sostenía otro libro en mi mano.

Está bien... podrás quedarte aquí siempre que no causes problemas, vampiro. Pero con la condición de que me diga su nombre.

Esperé a que respondiera mientras una extraña sensación me invadía, no sabía por qué, pero al parecer alguien o algo nos observaba.

Aleister Crowley, Hechicero Inspector de la Primera División de Élite de esta agencia, un placer. Respondí el saludo mientras recibí el libro y seguí concentrado en mi trabajo, sin dejar de estar alerta.

De pronto, algo en el registro de agentes que fueron expulsados me llamó profundamente la atención, y es más, los datos de un tal Adam Cross, que fue expulsado debido a que utilizó una maldición llamada "Umbra Celestiaris" en una inocente monja que le ocultaba información (afortunadamente Sir Felgar lo detuvo casi a tiempo), y que renunció violentamente luego de robar gran parte de los textos arcanos prohibidos de la agencia, me dió un muy mal presentimiento... Sobretodo cuando noté que Adam era el que estaba en el cargo que ahora ocupo tres años antes de que yo fuese nombrado.

Aún así intenté bajarle el perfil al asunto y portándome amable con Sayo le dije: ¿Se te ofrece un café?

Soy el único que está aquí a estas horas, los demás están todos en casa. Dije mientras servía cautelosamente un par de tazas de delicioso Mokaccino y le extendía una de las tazas a Sayo. Además, para mí no es nada aburrido trabajar en lo que más me gusta, que es la magia.

Mientras bebí unos cuantos sorbos, no dejaba de estar alerta, y dejaba el expediente de Adam Cross encima del escritorio mientras que sigilosamente con la otra mano trataba de mantener firme la empuñadura de mi espada.

¡Qué inútiles son estas bibliotecas... por poco me descubren! Afortunadamente conseguí mezclarme entre las sombras. Sentì que era mi magnífica oportunidad, ya que mi presa estaba lo suficientemente distraída en su trabajo como para atacarle. Total, dentro de poco este lugar volaría por los aires por completo y no quiero dejar absolutamente nada vivo. Así que unas cuantas criaturas de pesadilla manteniéndolos rodeados sería diversión suficiente para mí... de momento.

Concentré mi magia más los poderes que Lerael me había concedido, pudiendo dar forma a mis aberraciones, que estaban dispuestas a atacar, eran algo como esto:

Spoiler:

con diez bastarán...

Mi presentimiento se hizo realidad ya que luego de escuchar el fuerte ruido producido por los libros al caer, pude sentir que unos fuertes pasos se acercaban al lugar, entonces vi a unas horribles criaturas deformadas, como salidas de una pesadilla las cuales nos empezaban a rodear.

No te precupes, Sayo, ya encontré lo que estaba buscando, ahora, si me disculpa... Dije mientras daba una especie de salto y desenfundaba mi Colt Python 357, disparándola directamente a la cabeza de la criatura más cercana.

Off: Foto del arma, es la de arriba, posee recubrimiento de níquel (baba)

Spoiler:

Sonreí al ver la rápida maniobra de la vampiresa, ya sabía que podía contar con su cooperación.

Avancé unos pocos pasos, mientras dejaba que tres criaturas me rodeasen. Se veían bastante amenazadoras y eran rápidas. Pero aún así tenía mi espada y mis artes preparadas. Moví mi espada creando una especie de arco en el aire y luego hago una especie de círculo, mientras apunto con el arma a las criaturas.

"Urkhnadd Hezya Nürevz" Dije las palabras mágicas justo a tiempo y una oleada de viento despedaza a las criaturas, haciéndolas añicos a tajos.

Pero mi momentánea victoria no dudaría, porque desgraciadamente una saltó por arriba del librero, sorprendiéndome por atrás y cayéndome encima, afortunadamente pude reaccionar a tiempo, por lo que si tengo suerte podría matarlo de una estocada cuando salga del forcejeo.

"Rápidos reflejos", pensé en ese instante, "ojalá eso haya servido para mantenerlos entretenidos un buen rato". Sentí que era momento de actuar, aunque aún creí innecesario aparecerme ante ellos precisamente ahora, por lo que preferí seguir oculto en las sombras y mandarles unas cinco criaturas más.

Tenía un plan muy espontáneo en mente: atraerlos a mi trampa, más bien, una pequeña sorpresa que le tengo preparada al buen Aleister. Así que tomando en mis manos el detonador de la bomba que haría que todo el ala norte del castillo de la C.S.S.I. voara por completo y lo accioné sin pensarlo dos veces.

Gracias, Miss Sayo. Dije luego de que la vampiresa me ayudase a sacarme a la horrible criatura de encima, colocándome de pie de un salto.

Vi que se acercaban más criaturas a rodearnos y avanzando hacia ellos espada en mano intenté abrirme paso hacia la puerta. Entonces oí una bomba estallar en medio de la batalla y lleno de curiosidad por saber qué diablos estaba pasando, apresuré el paso, creyendo que ojalá Sayo me siguiera.

¿Y me lo preguntas? Contesté, algo desconcertado por oír la explosión. Tomé entonces a Sayo del brazo y eché a correr a toda prisa por los corredores del castillo mientras que con mi magia intenté localizar el lugar de la explosión.

Esa explosión vino del despacho del director... ¡¡¡Rayos, mi jefe está en problemas!!! Exclamé mientras noté que las criaturas que venían de la biblioteca nos venían persiguiendo y aparecían siete más desde el lugar al que nos dirigíamos, por lo que deduje que el supuesto intruso que provocó esto debe estar aún allí.

Estaba un poco preocupado, ya que si mi jefe estaba en peligro y estas criaturas que parecen salidas de una horrible pesadilla no dejaban de aparecer, eso nos quitaría mucho tiempo. Pensé en hacer algo rápido, hasta que me dí cuenta (de maner algo absurda) que la vampiresa aún seguía a mi lado, así que pensé en pedirle ayuda para así ganar algo de tiempo.

¡Rápido, Sayo! ¡Distraelos! ¡Tengo un plan!

Aproveché el momento de la distracción para pensar en algo rápido y ya... Y aplicando en ese instante crítico lo que entre agentes llamamos "Sentido C.S.S.I.", se me vino a la mente el mapa de todo el castillo, por lo que buscando rincón por rincón mi posición actual, recordé que unos metros más allá había un pasadizo secreto que daba a un montacargas que llevaba directamente hacia el despacho de mi jefe, por lo que si lo tomábamos sin que ninguna criatura se diese cuenta, llegaríamos justo a tiempo.

Examiné entonces el lugar, el pasadizo se activaba halando de una cuerda oculta bajo una armadura colocada junto a la pared, y afortunadamente las criaturas no habían llegado hacia allí, por lo que tenía que actuar rápido.

Desenvainé rápidamente mi espada y saqué nuevamente mi pistola, colocándole más balas para asegurarme de que estuviese completamente cargada. "Esto servirá", pensé, mientras concentraba mi magia en la pistola. Mi plan consistía en disparar todas las balas de un sólo disparo mágico causando un pequeño impacto luminoso en el suelo, lo suficiente como para eliminar a unas cuantas y dejar ciegas a las que van detrás.

Sígueme y tápate los ojos. Le dije a Sayo, y poniendo en marcha el plan, echamos a correr hacia el pasadizo sin mirar atrás.

Afortunadamente logramos llegar al otro lado sin sufrir ningún rasguño hasta el momento. Respiré profundamente ya más tranquilo y luego de que la puerta se cerrara ante nosotros comenté:

Cuando encuentre al bastardo que hizo esto, le haré pagar caro.

Perfecto, el hechicero de pacotilla y la murciélago legaron justo donde los quería. Conocía el lugar mejor que ellos, no por nada fui agente de esta organización yo también, y sabía que el pasadizo sólo abre desde fuera hacia adentro, por lo que estaban atrapados en esta boca de lobo.

Decidí bajar, afortunadamente bien escoltado por una pareja de criaturas de pesadilla, y usando mi magia para alumbrar el pasillo con fuego negro, decidí mostrarme ante ellos con total propiedad.

¿A quién va a hacer pagar por todo esto, Inspector Crowley? pregunté, sonriendo burlonamente y colocando una cara de sádico. Permítame felicitarlo por ser capaz de llegar hasta mi trampa, lástima que sea demasiado tarde.

Al decir esto coloco justo al centro, entre Crowley y yo la piel desnuda de Sir Felgar, piel que desollé con mis propias manos.

¿Este era tu jefe? HA HA HA HA!!!! ¡¡¡PUES QUÉ LÁSTIMA POR TÍ, PUES YA HE CONSUMADO MI VENGANZA!!!

Al decir esto, comencé a reír desesperadamente, como si fuera un desquiciado, loco, sádico, totalmente perverso. Y pude sentir dentro de mi alma, que mi demoníaco señor Lerael también se reía, como si celebrase lo que ahora estuviese haciendo.