Demasiada gente... [Libre]

*Como siempre buscaba habia ido a cumplir con los mandados de Yuuko-sama, cada vez tenia mas trabajo y eso la empezaba acansar, sin embargo estaba decidida a cumplir con todo. Justo cuando habia terminado su trabajo y se disponia a ir a casa, la lluvia comenzo a caer, como ella odiaba este tipo de clima, comenzo a correr desesperadamente, se encontraba cerca del rio, corriendo por el cesped..........se tropezo con alguien*
-Gommenasai!!!!!-

-No os preocupeis,¿hacia adonde se podria ir tan deprisa como para golpear a la gente?-pregunto a aquella persona que golpea contra mi con tanta prisa podria ser que tuviese una emergencia, esta gente de ciudad tan acelerada-¿puedo ayudaros con algo? -Olvidaba presentarme-Mi nombre es Marckus, disculpe mi mala educacion.Tomad mi capa, con estas lluvias podriais pescar un resfriado.

*Se quedo desconcertada por la forma de hablar y la actitud del chico, no era muy normal escuchar o ver a alguien así en estos sitio* -A--arigato...me llamo Yamiko, es un placer conocerte...ammm no eres de por aquí o si???- *El color subió a sus mejillas, era muy mala hablando con extraños, sobretodo cuando estos no eran del mismo sitio que ella*

De aqui no soy, vengo de lugar lejano; pero devemos buscar refugio, ya que tarde se hace, y el clima empeora caminando, buscamos el refugio de una cornisa; una vez ahi saco de entre mis ropas mi licorera-bebed un poco, os hara entrar en calor; si gustais, os podria encaminar a vuestro hogar, asi vos podriais tener la proteccion de mi capa y yo a cambio tendria una agradable conversación; que os parece?

* Siguió caminando mientras examinaba al chico con la mirada pensando de que mundo podría ser originario y cuando le ofreció la bebida negó con las manos* -No gracias, no bebo, mi ama se enojaría si lo hiciera- *escucho el resto de ofrecimiento* -Lamento decirte que no tengo un hogar a donde llegar-

Sabia perfectamente lo que es no tener un hogar; él mismo lo habia perdido, su acompañante tenia ama, seguamente esclava seria;-Esta bien, entonces donde nuestros caminos se separen; y si el atrevimiento no es tan grande, y si su ama os trata mal, os tiendo la mano; que peor que la pobreza es no tener libertad- deciale el extraño a su acompañante, sin conocer la condicion de esta, pensando que las cosas eran como en el lugar de donde venia.