Metal y Bamboo

* La ubicación constaba de un sitio escondido entre montañas y bosques. Son visibles grandes muros de piedra y arcilla con armazones de madera ocultando en su interior una estructura de fabricación tradicional japonesa que representaba el castillo de un antiguo clan ninja. Un amplio espacio externo de unos 800 metros cuadrados o más era idóneo para los entrenamientos y las tareas de clan. La gran cabaña era de madera y papiro en su interior dejando un gran cuidado en su decoración y su diseño. Actualmente estaba abandonada y deteriorada sin habitantes que la mantengan dejando algunos huecos en las paredes interiores, suciedad y humedad acumulada. En la parte de afuera el abandono también hizo de las suyas dejando ver la hierba crecida sin ninguna forma definida albergando algunas ramas de bamboo creciendo. Otros detalles que acompañan al escenario son el viento fresco con tendencia a frío y el cielo gris decidiendo si derramará lluvia o no.*

* De un momento a otro la hierba empezó a dividirse misteriosamente sin escucharse ningún silbido de viento ni señal visible de algún intruso; Sin embargo las hojas caían rebajadas en cortes lineales bastante limpios. Algo extraño sucedía en el lugar pero no podía verse, lo único que se ve es que solo la hierba cae pero las ramas de bamboo no son tocadas para nada. No transcurrió demasiado tiempo para que la hierba fuese reducida sin que nada se viera en tierra. Pero mirando hacia arriba, en el tope del castillo se podía ver un dibujo tridimensional salir del mismo aire dando forma a un cuerpo humanoide masculino poco a poco. Cuando los trazos invisibles terminaron se vio la forma de un joven alto de cuerpo delgado pero fuertemente trabajado en todas sus áreas, cabello negro liso un poco alargado, piel levemente bronceada, un par de pequeñas cuchillas negras y simétricas colgando en cada muslo. Iba vistiendo solamente pantalones oscuros con numerosas correas de cuero vendando sus piernas calzando botas duras y vendas iguales en los brazos cuyas manos llevan guantes abiertos en los dedos sin llevar camisa ni el abrigo de capa; Lo único que vestía en su torso eran un par de cintos de tela cruzados con tres estrellas ninja adelante y fundas de armas largas como una katana y un par de tonfas a la espalda. En sus manos empuñaba una cuchilla pequeña a la diestra con una cadena metálica atada a la base del mango cuyo extremo opuesto tiene una esfera metálica pequeña pero pesada. La cadena rodeaba su brazo derecho en una espiral mientras el resto se enrollaba en el hombro unas tres vueltas.*

* El extraño se mantenía en cuclillas frente a una de las ventanas rotas observando el paisaje y compenetrándose con el entorno para percibir mucho más. Unos pocos segundos se mantuvo quieto y de inmediato inclinó su tronco para atrás y se impulsó extendiendo sus piernas entrando perfectamente por la ventana con un giro completo apoyando las manos al suelo y cayendo luego con los pies usándolos como freno y una de sus manos como estabilizador. La decisión de meterse dentro de la estructura era mejor para ser menos visible y poder meditar con más tranquilidad. Se puso en pié dentro de la habitación y sin soltar la cuchilla encadenada puso la base inferior del mango contra su palma izquierda orientando el filo en forma horizontal. La posición de sus manos iba frente a sí mismo y a la altura del cuello cerrando los ojos para ampliar el resto de sus sentidos mientras esperaba con tranquilidad alguna variante que le hiciera actuar.*

* puesto de esa forma podía tener una mejor sintonía consigo mismo y con su entorno. Si había pensado antes en la posibilidad de hallar a alguien dentro esa posibilidad la habría perdido, pero la que persistía era la posibilidad de que alguien más viniera. ¿Por qué no? era un lugar tan curioso, solitario e interesante por la historia que ocultaba. De un momento a otro el aire le mandaba susurros sigilosos como la forma de un silbido formado por el roce del aire que abrazaba un cuerpo que se aproximaba. También podía oír el chasquido de un material duro contra otro de forma constante junto a los pasos que la desplazaban... Definitivamente alguien estaba allí. Pensó un minuto en posibilidades y vio que algo interesante podría encontrar si se dejaba ver. Su único perfil no era el del sigiloso ninja sino también el del sabio Xiaolin, pero más que esos milenarios conocimientos tenía el perfil de un joven único.*

* Aquella reflexión no tomó casi tiempo. No caminó por dentro de la estructura sino que volvió a salir por la ventana que entró bajando con suma rapidez y ligereza para hacer menos ruido. Estuvo frente a la ventana por la que cruzó aquella figura sin que él la viera, pero de pronto escucharía su voz y con ello tendría su posición. Vino caminando tras los pasos ajenos y en el gran pasillo le vio y detalló a prudente distancia con la cadena y la cuchilla empuñadas aún. No tenía ninguna intención de ocultarse, no parecía peligrosa ni le conocía. Solo mantuvo la mirada puesta en su dirección para que le encontrara en cuanto volteara... Y para que volteara simplemente hundió la punta de su pié derecho en una de las láminas del suelo de madera, la cual hizo rechinar para llamar la atención.*

* Efectivamente aquella tenía un sentido sano y funcional. El llamado de atención tuvo éxito y su expresión y posición no se alteraron. Por otra parte su vista detalló la forma de vestir y las expresiones que hacía la chica, bastante enérgicas y alegres por cierto. Aún cuando el tacto del dedo ajeno le llegó se quedó quieto. La textura de la piel de aquel muchacho era medianamente lisa y lubricada levemente por el sudor del esfuerzo diario sin exceder la cantidad. La mirada seguía a la joven que a su manera estudiaba el cuerpo del joven que estaba visible en su totalidad en la mitad superior, solamente acompañado de aquellas correas negras que sostenían artilugios de combate físico a su espalda y otras más numerosas que protegían sus brazos casi enteros. Al contrario de ella él no hizo tacto alguno por su parte.*

* Un nombre y muchas preguntas seguidas vinieron disparadas a él como si de las balas de un arma automática se tratara. Se tomó algo de tiempo para hacer una observación más, aguardando también a que se le bajara un poco la hiperactividad y entonces fue que se dispuso a responder en orden perfecto.* -Solo soy un hombre. Puedes llamarme Nick. No vivo aquí. Y aún no puedo responder a tus dos últimas preguntas. No sé cómo me buscaste percibir ni qué es raro para ti.- * Conciso era al expresar su opinion en ese tono neutro que no mostraba ni más ni menos de sí mismo.* -Qué buscas?- * Inquirió aquella pregunta apretando los puños por unos dos segundos y luego liberándolos sin ninguna intención usual, solo como un hábito involuntario que hacía de vez en cuando.*

* Él se consideraba hombre a sí mismo por razón de que su padre y tutor le enseñó a serlo. Aprendió que un hombre puede ser cualquier criatura que piense y razone con inteligencia sin importar su origen. Nunca supo por qué emergía aquella esencia oscura en él pero aprendió a controlarla y a darle razón; Por lo tanto era más un hombre que una criatura. Respecto a su posición mantuvo el lugar, aún no había razón para moverse de allí ni buscar otra cosa. Era curioso encontrar a alguien en lugares ocultos como aquel.* -Yo hacía un recorrido.- * mentira no era. Entrenaba su cuerpo y mente en aventura.*

* Observó la rutina de sabueso que sin ninguna inhibición ella hacía sobre él. El cambio de semblante fue notorio, pero él no cambió de lugar ni varió la postura. Oler a ángel, sonaba interesante. Ni él mismo sabía qué era esa cosa, solo la había controlado pero los detalles de su origen los desconocía.* -No sabía que un ángel oliera a bosque y sudor.- El chasquido leve de la saya con el anillo protector lo escuchó. Se mantuvo tranquilo y en silencio buscando no despertar los reflejos instintivos de ataque de aquella persona.*