" Des aparicion "

por **Aziz Vander Hyden** Miér Abr 27, 2011 1:35 pm

El bosque. Lugar donde nada es lo que parece. El hogar de un sin fin de criaturas y al mismo tiempo, el refugio de muchos peligros que se esconden de la luz, hasta que es demasiado tarde... En los últimos días se habían registrado numerosas desapariciones en una zona específica del bosque más no importa cuantas búsquedas se hallan llevado a cabo, jamas lograron encontrar rastro alguno de quienes han osado atravesar el bosque en la noche. Allí es donde me llevo el destino y donde tuve que decidir... Probar suerte o asegurar mi vida? Que harían ustedes?...

... Hm, aquí es...

- Deteniendo su marcha frente al comienzo de aquel bosque, aquel oscuro observa lo profundo del camino con su dorada orbe izquierda, ya que sobre la derecha, un parche cubría una vieja herida. De negras ropas cuales constaban en una larga gabardina, llevando bajo la misma una ajustada musculosa y jeans. El cinturón de cuero negro y plateada hebilla, combinaban con sus botas, las cuales se ajustaban a sus piernas por fuertes correas, protegiendo los pies por un metálico revestimiento, el cual cubría la suela, el talón y la punta de dichos pies. Armado con su fiel espada, la Black Revelion. Espada de porte medieval y rojo color que pendía de su cinturón, justo a la izquierda de su cuerpo, resguardada en su vaina hecha del mismo material que la espada. Así, apoyando la siniestra sobre la empuñadura de aquella espada, cuelga a su hombro un viejo morral de cuero marrón. -

" Des aparicion " Azizmaundrell

... Bien, comencemos...

- Sonriendo de medio labio, avanza por el bosque admirando el paisaje que le rodeaba. Verdes y frondosos arboles otoñales dejaban caer sus hojas, las cuales parecieran danzar en el viento hasta cubrir el suelo fértil del bosque. Un suave viento soplaba entre aquellos árboles, de entre los cuales, algunos eran tan altos que se perdían en el destello del sol. Misma luz, hacia juegos con las sombras al pasar entre las miles de ramas sobre su cabeza. Por ahora, todo era calma, solo la fuerza del viento se le se le oponía a su marcha, como si no quisiera que continuara. Más los esfuerzos en vano de tal sentimiento no acallaban la osadía de este cazador -

" Des aparicion " Bosque

... Vamos, no puede ser para tanto, después de todo, los humanos se asustan de nada...

por Aradia Vie Abr 29, 2011 9:26 am

Magnífico día el de aquella mañana, un día tranquilo y soleado, apartada de la inmunda sociedad humana se mostraba una mujer de oscuros cabellos -relajada- sobre una hamaca que había hecho ella misma al pie de dos árboles, al lado de una cabaña vieja y bastante rural. Hmm... Aquel placer de sentir el sol y los juegos de sombras sobre su piel era exquisito. Su carácter se mostraba tranquilo y sus facciones felicidad, pues después de todo... las brujas locas también tenían sentimientos, ¿o no?

... Pero la tranquilidad nunca duraba lo que una quería, y pronto escuchó el sonido del bosque arrullar, soplando un viento fuerte en una zona determinada que ella bien conocía, allí se encontraba un paso donde hacía tiempo que los humanos no pisaban. Solo aquellos extraviados se atrevían a cruzar aunque con miedo, sabiendo que muchos morían en la intemperie al querer usar atajos que daban lugar a trampas o emboscadas de hambrientos hombres lobo. Ella por su parte solo perdía, adrede, a los niños para sus colecciones: sus más amados tesoros, sus "hijos".

Algo cansada por el mero hecho de que el bosque seguía bufando al nuevo inquilino se puso en pie y caminó con sus rasgadas ropas. Esta vez llevaba un vestido medianamente largo de seda de color morado, rasgado por el final pero dándole un toque elegante y a la vez siniestro; en la zona de arriba terminaba como si de un corsé se tratara, del mismo color que la falda, y con cierto encaje en las mangas largas que caían hacia abajo, unos cordones de un color más pastel se mostraban en su zona delantera en zig-zag. Sus pies descalzos pisaban con ligereza y entre danzas el suelo de hierba y hojas secas otoñales sin apenas hacer ruido. Su pelo negro, entre salto y salto y danza y danza, se meneaba como una brisa marina, ondulando su cabello al viento.

Mientras, tarareaba una canción en voz baja, y más que angelical parecía el canto atrayente de una sirena...

por **Aziz Vander Hyden** Vie Abr 29, 2011 6:28 pm

- Continuaba caminando con calma por aquel sendero cuando repentinamente detiene su paso al sentir una presencia en los alrededores. La energía espiritual que sentía no era muy común. Así abre su dorada orbe intentando ubicar la fuente de aquella esencia que rondaba por el lugar -

... Hmm... Seras tu la causa de estas desapariciones?...

" Des aparicion " Bosque-negro-y-cielo

- Preguntaba a si mismo para retomar su marcha. Es cuando aquel bosque comienza a cambiar repentinamente. Por alguna extraña razón, el viento se había vuelto mas frío. Sus ropas se hacían hacia atrás por la fuerza de estos la cual descendía gradualmente paso a paso. El cielo que una vez mostró el sol con tanta alegría, comenzó a entristecer siendo el gris de las nubes cual se adueño del firmamento. Aquellos arboles dejaban caer sus ramas cerrando el paso tras aquel cazador. Mirando hacia atrás esta reacción del bosque hace que se comience a preguntar, que es realmente lo que estaba a punto de suceder -

" Des aparicion " 1bosque

... Así que tienes el bosque a favor... Tengo un mal presentimiento...

" Des aparicion " Bosque.negro.selva.Hawai1

por Aradia Vie Abr 29, 2011 7:01 pm

Seguía danzando por los alrededores. Ella sabía los caminos y las trampas del bosque, no tenía nada que ver con desapariciones de viajeros aunque no iba a decir lo contrario de los niños... Pero como se lo conocía muy bien sabía que estaba dando vueltas alrededor del invitado, el cual parecía percibir a la perfección que el bosque tenía su propio mandato pero que el ser que le rondaba, es decir, ella; estaba en convivencia con los árboles y el corazón del bosque. Sí... Estaba de su parte, más o menos, y que alguien se perdiera en aquel corazón o no no eran sus asuntos, por eso más de una vez encontró hadas y gnomos intentando guiar a los extraviados a un lugar mejor, otros perecían sin más ante los horrores que se ofrecían en las noches oscuras o de luna llena. Una trampa más que mortal y antinatural.

Pronto dejó sus danzas y sus cánticos para reírse de manera infantil, parecía que hoy iba a poder jugar un poquito con el extranjero. Con suma agilidad se subió a uno de los habitantes de la zona, un árbol de copa espesa y tronco grueso y oscuro. Allí, en una rama sobresaliente bajo las hojas, se escondía ella relamiéndose los labios de forma pícara. Los mechones de su cabello caían por detrás de sus orejas y un par por su cara, pareciendo un fantasma amoldado al lugar. Sus manos finas y muy femeninas, además de bonitas y sedosas, se sujetaban con la palma sobre el tronco áspero; y sus pies desnudos notaban la madera sensiblemente.

Escondida allí comenzó a hacer emerger raíces que se enredaban entre sí y ocultaban posibles salidas. Mostrando así un juego de laberintos sin fin, modificando las posibles salidas y entradas continuamente. Feliz de sus travesuras comenzó a cantar de nuevo en un idioma de ángel pero con la misma tonalidad que las sirenas atraían y atrapaban en sus senos a los hombres de los barcos y pescaderos; su sonido se extendía por la zona en concreto y hacía un eco espléndido, pareciendo que la oz se escuchaba en más de una dirección.

por **Aziz Vander Hyden** Lun Mayo 02, 2011 12:33 pm

- Tras lo sucedido, el cazador presiono el entrecejo. Escuchaba aquella voz que hacia eco en la distancia. Presionando el puño derecho en el cual sostenía las asas del morral, separa un poco las piernas para así apretar los dientes mostrando estos de medio labio. Es entonces cuando con su gruesa pero serena voz dice para que le escuche -

Así que quieres jugar, eh?.... Pues juguemos...

- Inclinándose hacia adelante comienza a correr rápidamente por el sendero. Mientras tanto, detrás y a sus costados, el bosque continuaba cerrándole el paso, aunque más que impedirlo, lo estaba guiando. Es así como sigue la voz cual pareciera cambiar de locación hasta que se enfoca en seguir la esencia espiritual de aquel ser sobrenatural. Repentinamente se detiene derrapando con sus botas contra el suelo. Tras detenerse, sus ropas, así como sus cabellos, se hacen adelante tras la fuerza efectuada. Así una corriente de tierra húmeda, ramas, rocas y hojas se eleva sobre el nivel del suelo cayendo nuevamente sobre la superficie del bosque. Elevando la mirada, el cazador buscaba entre las ramas aquella presencia que jugaba con el, la cual no sabia que pocas cosas se le escapaban a este cazador. Acostumbrado a rastrear todo tipo de blancos, sus agudos sentidos y su facilidad por detectar la presencia de los demás, eran herramientas que tenían un rango de error mínimo -

Sal de donde quieras que estés y acabemos con esto...

por Aradia Lun Mayo 02, 2011 3:36 pm

La mujer observaba los rápidos movimientos de aquel hombre. Era un humano anormal, por no decir que su esencia no era la de uno sino la de algún medianamente poderoso demonio... O quizás era de su misma clase, quien sabía la cantidad e infinidad de opciones que pudiera haber, y aunque la curiosidad llamaba a su puerta la dejadez la apartaba a un lado, no queriendo ni saber quien era; sus juegos habían acabado.
¿Acabar con qué mi Lord?
Sus palabras sonaron a la espalda del individuo, mostrándose ella en el camino que había dejado atrás suyo y mirándole con aquellos orbes zafiro que parecían brillar como el cielo que por desgracia aun se mostraba gris. Sus finos y delicados labios sonreían de manera pícara al analizarle detalladamente con cierta diversión que la provocaba un gusanillo por dentro.
Vos no sois como aquellos que se pierden por no seguir el camino de tierra... marcado por ellos mismos.
Dijo excusándose un poco por el hecho de que aquellos desgraciados se perdieran, ya que ella no hacía perder a los extranjeros o mochileros, sino que lo hacía el propio bosque para salvaguardar sus más ricos secretos; en cambio a los niños... les proporcionaba "su nuevo hogar".
¿Quién sois Aventurero?
Siempre hablando en la antigua lengua, hablando de usted o de él pero sin titubear, con respeto y extrañamente cuando se cabreaba seguía hablando de igual forma.

por **Aziz Vander Hyden** Lun Mayo 02, 2011 10:43 pm

- Al escucharle este se volteaba hacia ella rápidamente. Entrecerrando su dorada orbe este le escuchaba atentamente observando su fisionomía detalladamente. Era ella la causante de esas desapariciones? O simplemente el miedo y la estupidez humana se habían unido para tramar aquellos sucesos? Sea lo que fuese ya no importaba. Más le llamaba la atención la forma de hablar y actuar de la joven -

Acabar con... " Mi Lord " ?....

- Arqueaba la ceja derecha mientras asumía una postura firme dejando caer sus manos a los costados de su cuerpo. Aun con la siniestra apoyada sobre la empuñadura de su espada, este ladeaba la mirada relajando el ceño -

Hmm... Quien soy?... Nadie importante... Solo un viajero muy curioso... Podría hacerle la misma pregunta...

- Si bien este también hablaba con cordialidad, no era algo muy común en el, más la joven a pesar de sus juegos, había comenzado con el pie derecho. Esperaba saber más de ella y no precisamente para socializar. Simplemente, averiguar si era ella la culpable o no, aunque la razón para saberlo no era precisamente hacerle de justiciero. Solo esperaba tener la oportunidad de combatir con el culpable -

Parece que el bosque y usted se llevan muy bien... Que saben sobre las desapariciones?...

por Aradia Lun Mayo 02, 2011 11:21 pm

Sonrió al ver como se confundía él mismo al ir a decir con qué iba a acabar y luego con una interrogante sobre como se había dirigido a él; era divertido y no pudo evitar relamerse los dientes tras sus finos labios, sin que él pudiera verlo.
La misma pregunta... La misma pregunta...
Rió para sus adentros.
Hay veces que uno no sabe donde está, ni quien es.
Su mirada mostraba sarcasmo y a su vez algo de maldad. Su corazón podrido por sus maldades hechas en el pasado se había vuelto loco, latiendo unas veces con una fuerza estrepitosa, y otras latiendo de manera suave y paulatinamente, comportándose tal y como era su mente.
¿El bosque? ¿Yo? ¿Ambos?
Parecía que no comprendía nada, pero era una fémina inteligente y bien sabía como se las estaba ingeniando para que él lo supiese... o tal vez no.
Estáis equivocado...
Dijo mientras caminaba en círculos alrededor de él sin apartarle mirada alguna, sujetando con una de sus manos parte de la falda de su vestido, aunque éste ya estuviera roído y rasgado por el tiempo, los ratones, e incluso por el propio desgaste de arrastrarlo por el suelo. Sus pies descalzos mostraban a su vez parte de una pierna larga y delgada de un color de piel claro, que gracias al bosque le daban los reflejos de éste.
Yo vivo aquí. Convivo con el bosque. Siento lo que él siente, y él a veces me trae cosas... Hoy mismo escuché sus arrullos porque alguien extraño había entrado. Y aquí estáis vos.
Se río un poco, apartándose con la otra mano los mechones de pelo que se interponían sobre sus orbes zafiro.
Normalmente los humanos se pierden a orillas del bosque. Solo ellos se lo buscan por querer ir por "atajos" que terminan siendo trampas, mas yo no tengo nada que ver, mas nunca bufan por aquellos viajeros... Solo hoy han gritado por vos.
Se paró en frente suyo, mirándolo más cerca y sin pudor alguno.
Y ahora, dígame ¿Quién sois?
Ahora buscaba de algún modo saber de que raza se trataba aquella presencia, pues sus palabras eran ciertas. El bosque siempre trataba a la presencia de humanos con cierta humildad y con un silencio que dejaban escuchar el canto de los mirlos y las abubillas, ya que el perderse era cosa de ellos y no del bosque. Pero cuando se trataba de otro tipo de presencia, se comportaban de manera distinta dependiendo de la raza. Si hubiera sido un elfo quizás hubieran silbado atraídos por la belleza y el amor hacia éste, pero si se trataba de un demonio el bosque se mostraría reacio y lo intentaría expulsar de inmediato.
Ahora, es cuando esperaba la respuesta.

por **Aziz Vander Hyden** Jue Mayo 05, 2011 3:16 pm

Así que de eso se trata...

- Entrecerrando su dorada orbe este sonrío de medio labio, como si ocultara algo. Observaba aquella mujer a medida que giraba a su alrededor mientras le hablaba -

La estupidez humana no es algo que me sorprenda... Aunque, es interesante... El bosque se queja de mi presencia, más parece haberse acostumbrado a la suya...

- Menciona abriendo su dorada orbe cual asimila completamente la fisionomía de aquella dama. Daba a entender que el podía sentir lo que había en su interior. Aquel oscuro corazón, aquella esencia manchada por las maldades causadas en su pasado, inclusive al mirarle a los ojos podía sentir la desequilibrada mente de aquella mujer. Aunque ella parecía haber encontrado equilibrio en aquella esencia que el cazador sentía tan abrumadora y desordenada, este aun se preguntaba porque el bosque quería expulsarlo si había aceptado a aquella mujer. Sea cual fuese la razón no importaba -

Bien, me presento... Mi nombre es Aziz... Y creo que ya sabrá que no soy humano...

- Dejando caer sus manos a los lados de su cuerpo, mantiene aquella imponente y firme postura. Cierra sus puños, sosteniendo con fuerza aquel morral que aun llevaba en la mano derecha. El viento soplaba una vez más haciendo que sus ropas y cabellos se mecieran hacia adelante. La mirada de este cazador era fría como la expresión de su rostro. Quien antes pareciera ser un confundido viajero, parece mostrar su verdadera cara, la de un frío y calculador guerrero -

Ahora es su turno de decirme quien y que es usted... Tal vez después de ello, pueda decirme el porque al bosque no le gustan los demonios como yo...

- Repentinamente el viento daba un fuerte golpe para luego detenerse. Pareciera que todas y cada una de las ramas del bosque temblaban fuertemente para separarse ligeramente, dejando una gran distancia de aquel cazador que ya había revelado lo que con tanta seguridad el bosque intuía -

por Aradia Jue Mayo 05, 2011 6:12 pm

Al parecer ella tenía razón, era un demonio y estaba bien encaminada en cuanto a sus suposiciones. Pero lo que él no entendía es por qué el bosque rechazaba la presencia de la dama no humana, y eso tenía una fácil comprensión.
Bueno... Dicen que las brujas se unifican con la naturaleza mientras ambas se respeten...
En efecto, era apodada como la bruja por -sobre todo- muchos humanos que habían creído verla; y los cuales contaban leyendas no muy lejos de la realidad sobre una bruja que atrae a los niños perdidos del bosque y luego los atrapa y se los come, aunque nunca nadie haya visto los huesos de ellos, por lo que la historia sigue con que con esos huesos los hace desaparecer moliéndolos y tirándoselo a las ratas que por allí pasan.
No les gustáis... ¿Por qué? No lo sé... Pero en mi confía porque yo llevo aquí unos cuantos años viviendo ya en su armonía.
Se explicaba con un tono cantarín en sus palabras, entonando una melodía que comenzó de nuevo a tararear con cierta maléfica dulzura.
Su pregunta es... ¿Por qué habéis venido hasta aquí? ¿Sois uno de esos demonios que cazan otros demonios? O quizás... ¿Uno de esos que vagan por el mundo en busca de presas?
Sus preguntas estaban formuladas una tras otra, como si estuviera acosándole... pero en verdad quería saber el por qué de su llegada al bosque. qué pretendía y si iba a dejarla intranquila, pues si era del tipo de cazadores de otros demonios ella temería por su seguridad... Y aunque en esos momentos el bosque estuviera a su disposición, éste no defendería a la dama de ojos zafiro... Solo lo haría si éste mismo corriera la misma mala suerte.

por **Aziz Vander Hyden** Jue Mayo 05, 2011 6:52 pm

Ya veo...

- Respondía a lo obvio. Más como si ni siquiera lo hubiese sospechado. Con mucha confianza en el, este manejaba aquella situación con ingenuidad. Es como si la estuviera probando. Es entonces cuando este lleva su diestra hacia arriba y atrás, haciendo que las asas de su morral caigan sobre su hombro, mientras aun le sostiene de ellas con su diestra -

Efectivamente... Vine en busca de una presa...

- En ese momento cierra su ojo izquierdo sintiendo como todo a su alrededor callaba. Estaba pensando. El cazador quería encontrar la fuente de aquellas desapariciones, más esperaba una batalla agresiva y salvaje. Observando a la bruja frente a el, se preguntaba si ella seria capaz de darle lo que buscaba -

Pero, admito que esperaba algo como un lupino o alguna clase de bestia... No una leyenda...

- Llevaba su mano izquierda hacia la altura de su pecho, buscando algo en el bolsillo interno de su gabardina. De allí toma un papel doblado y arrugado el cual le ofrece a la bruja -

Que sabe de esto?... Parece una vieja leyenda de los alrededores... Los pueblos cercanos hablan mucho de esta y también guardan mucho rencor...

" Des aparicion " Llorona

- Entregándole el papel esto se hace muy obvio. El cazador estaba muy bien informado acerca de los sucesos y leyendas que rondaban los alrededores. Pero ahora quería saber si era ella realmente la bruja de las leyendas. No tenia en mente entregarla a los pueblerinos que por venganza la someterían a incontables torturas o a una muerte en la hoguera. Tampoco le interesaba la recompensa. El buscaba algo más... El tenia una meta y necesitaba fortalecerse para lograrla. Por lo que intenta de asustarle con sus comentarios -

Como una bruja que caza niños... Yo, cazo retos... Y usted?... Que caza?

por Aradia Jue Mayo 05, 2011 9:01 pm

Su voz estuvo tanto rato en silencio que parecía una dama muda sin tal habilidad innata, pero simplemente observaba y escuchaba como alguien que hubiese pasado la vida encerrado en un sin fin de oscuras sombras esperando el momento para salir de ellas. Se quedó mirando los labios de él, sinceramente le daban unas ganas terribles de mordérselos y hacerle callar, pues sus supuestas acusaciones no estaban nada mal encaminadas: ella era la causante de las desapariciones de niños pequeños.
Ya veo...
Dijo con desinterés desviando su mirada hacia un lado, dando a entender que poco le importaba a ella y que por extraño que pareciera le estaba resultando una agradable compañía que hacía siglos que no tenía; siempre sola... buscando de sus muñecos el cariño anhelado que nunca encontraría.
Miró aquel papel y lo tomó con suavidad con aquellos dedos tan finos y delgados, aparentemente frágiles. Miró y remiró la imagen y la dio un escalofrío, no por nerviosismo o sorpresa o por miedo, simplemente porque la mujer -u hombre- de la imagen era casi tan feo como un orco. Era horrible y llevaba consigo un bebé...
¿Cazar?
Aun miraba la imagen y hacía amago de devolvérselo.
Yo no cazo... ¿Para qué quiero cazar?
En realidad sus palabras estaban llenas de verdades. Ella no cazaba, e incluso a la vista de -seguramente- algunos psicólogos ella simplemente buscaba amor en esos niños convertidos en muñecos, quizás les quitaba casi toda su vida, su movilidad... Pero la mayoría seguían vivos dentro de aquellos cuerpos inertes, manteniendo du esencia y su alma.

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